La sobrecogedora muerte
ÉL/LUI: Es curioso. Hace horas que he sabido de la muerte de un profesor de mi instituto. Y es curioso lo afectado que me veo por ello.
Acabé el instituto en el año 95, y ahora, este mes de junio va a hacer 10 años que lo terminé. Mucho ha llovido desde entonces... alegrías, frustraciones, descubrimientos y probablemente durante todo este tiempo hubo largos meses, incluso algún año que probablemente el nombre de este profesor no se me cruzó por la memoria.
Su nombre era Camillo Chiara, profesor de historia universal y filosofía. Fue uno de esos profesores que dejan huella, por su forma de ser, por su forma de hablar y de explicar.
Estuve cuatro años bajo su docencia y ni mucho menos me puedo considerar uno de sus alumnos predilectos, cuando eres adolescente, tienes pájaros en la cabeza y no te das cuenta de todo lo que podrías haber aprovechado de su conocimiento y experiencia. Haces lo justo para aprobar, quizá un poco más pero recuerdo que cuando en clase explicaba, si ese día te daba por tomar apuntes, era fascinante releerlos en casa. Recuerdo perfectamente clases suya sobre algunos filósofos, como Spinoza, Montaigne o Hegel y pienso que si hubiera prestado mayor atención, sabría mucho más sobre la filosofía y el pensamiento humano. Lástima que mi afición por las letras surgiese después de salir del colegio, quizá debido al fin de la obligatoriedad de las cosas o porque en el fondo, en el subconsciente quedó esta fascinación.
Unos año después, supe que había vuelto a Madrid. Volvía a ser profesor en el Liceo Italiano y vivía en el mismo barrio que yo y muchos de mis amigos. Una vez le encontramos por la calle y estuvimos hablando con él. Se acordaba de nosotros y propusimos vernos de vez en cuando, pero las palabras se las lleva el viento y a pesar de que alguna vez más coincidimos por las calles del barrio, la cosa no pasó de un fugaz saludo.
Hace unos dos años, en casa de un buen amigo mío encontré un libro escrito por Camillo Chiara, me lo llevé a casa y quedé fascinado nuevamente durante su lectura. Un pequeño ensayo sobre filosofía de apenas cien páginas. Quise una copia y me propuse si le volvía a ver, preguntarle si era posible tener una. Quizá un par de veces volví a encontrarme con él, pero por algún motivo, todo quedó en un saludo.
Le volvimos a perder la pista, siempre entre los amigos y compañeros del colegio hemos comentado la admiración que teniamos por él. Era considerado por todos lo que se dice actualmente un verdadero "crack".
Y es curioso que una vez te enteras de que hace dos semanas ha fallecido, al parecer de cáncer, en Italia, lo estúpido que has sido por no haber aprovechado más su conocimiento que él siempre estuvo dispuesto a compartir.
Ahora queda la tarea de intentar localizar una copia de su ensayo y porque no, darlo a conocer.
Sirva este pequeño circunloquio a modo de homenaje.
D.E.P.
5 comentarios
Jose Luis -
Guardo muy buen recuerdo de mis años de instituto aunque no puedo decir lo mismo de los profesores que tuve... La gran mayoría hacían bien su trabajo y se limitaban a la típica clase magistral con objeto de la típica evaluación.
Camillo Chiara no.
Un tipo divergente como él me dio esperanzas para pensar que no todo en la enseñanza era igual de mediocre.
Todavía recuerdo como con esa pose de De Niro se abalanzaba sobre la cátedra con sus manos como panes y nos escudriñaba en silencio. Entre esos silencios y el bullicio de una clase en libertad, supe que aquel tipo nos iba a enseñar cosas que tan sólo íbamos a entender unos pocos años después: el poder de la razón sobre la coacción, el poder del sentimiento sobre la fuerza.
En aquellos años de disciplina escolar al más puro estilo western de: "se non studi ti bocciamo" la generosidad "del Chiara" nos dio a más de uno el empujón que necesitábamos para salir de aquella etapa.
Yo me quedo con su lección más importante de filosofía:
Te puedes negar a hacer lo que se espera de ti...
Arrivederci Camillo.
guillermo nova -
en este momento duro me alegro de haber sido consciente de que era alguien escepcional le escuche hasta la ultima palabra le hable de hasta mi ultima idea, distanciado y sintiendose mas cercano a ds, siempre recordaba que fue alcalde del pci y me contaba con pasion su esperiencia, y me hice comunista, cosa que todavía todavía sigo, senti siempre que se sentia orgulloso de tenerme como alumno y en una persona como el eso es lo mas grande que le puede pasar a alguien,seguiremos su ejemplo.
Jorg -
piero -
p.s. para la copia del libro ningun problema.se me puede contactar pirolla@libero.it
Xavier -