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Caro Diario

La estatua que comía pájaros

Él/Lui: Decían allá por el siglo XVII que se escuchaba el piar de gorriones desde el interior de la estatua ecuestre de Felipe IV.

Cuentan que deseoso de tener una estatua ecuestre como la de su padre Felipe III, Felipe IV encargó al mismo escultor, el florentino Pietro Tacca, la realización de la estatua. Pero a diferencia de la de su padre en la que el caballo "caminaba" al paso, él quería que la suya representase el caballo al galope. Para ello le fueron enviados al escultor dos cuadros del monarca pintados por Velázquez, pero no era capaz de obtener la posición correcta del caballo, por ello cuentan que le pidió ayuda a Galileo Galilei, que aconsejó realizar la estatua en dos partes, la trasera maciza y la delantera hueca, de modo que se mantendría así el equilibrio de la estatua.

Estatua de Felipe IV
 
La estatua llegaría a Madrid en 1640 y se instalaría en uno de los patios del Palacio del Buen Retiro. En uno de sus numerosos traslados se descubrió el origen del rumor que corría de que se escuchaban el cantar de pájaros dentro de la estatua y es que se descubrió una gran cantidad de restos de gorriones muertos. La boca del caballo comunicaba con la parte hueca de la parte frontal y algunos pájaros se metían por ella y luego les resultaba imposible salir, piando desesperadamente hasta su muerte. Por esta historia, en la época se comentaba irónicamente que la monarquía estaba podrida por dentro.
En la actualidad la estatua se encuentra en el centro de la Plaza de Oriente, frente al Palacio Real y la boca permanece tapada desde aquel primer traslado.

 

2 comentarios

Rocío -

En mi opinión, el trabajo de Galileo y Tacca fu excepcional

Ferran -

Interessant història que desconeixia. En qualsevol cas, el que més m'ha cridat l'atenció ha estat el comentari sobre l'estat de la monarquia, en relació amb aquells pobres ocells atrapats als budells del rei! :-)