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Caro Diario

Really Simple Syndication

Él/Lui: ya me vale como informático que soy, no haber tenido hasta ahora la posibilidad de que los lectores de este blog se pudieran suscribir a las actualizaciones del mismo, pero bueno, como nunca es tarde por fin el que quiera, que tenga lectores de feeds, podrá hacerlo. Es una de las novedades de esta especie de Caro Diario 2.0.

RSS logo

Si os suena a chino lo de RSS podéis mirar los links que hay en la columna de la izquierda al respecto de RSS, que el saber nunca ocupa lugar (excepto en los discos duros, que se llenan cosa mala).

27 Salón Internacional del Cómic de Barcelona

Él/Lui: Por fin, después de varios años de tenerlo tan cerca no hubo impedimentos o compromisos que no me permitieran ir. Desde 1988 llevo comprando cómics, claro que entonces era con cuentagotas y sin contar la quiebra de Zinco (responsable de DC en España por entonces); siempre leía sobre el Saló en los Correo Direct de las contraportadas de las distintas colecciones que por entonces hacía (Batman, Green Lantern, Spiderman, Animal Man...).

Ficomic

Este año además había la presentación de un cómic de Batman que se desarrolla en Barcelona y se basa en la leyenda de Sant Jordi el cual se agotó al mediodía del sábado, quedando dos días y medio de salón sin que la gente pudiera comprarlo y no pudieran reponer porque los almacenes al ser fin de semana y el lunes festivo estaban cerrados. Así que a los señores de Planeta Agostini que planificaron las ventas habría que ponerles un señor cero, puesto que deberían haber supuesto que aunque fuera solo por curiosidad, mucha gente lo adquiriría, dado que su precio era más que asequible (un tapa dura por 5,95 € es muy buen precio). Pero bueno, lo mejor las paradas donde se pueden comprar material atrasado con grandes descuentos y donde conseguí comprar completa la miniserie The Weird (El extraño) de Jim Starlin (que precisamente estaba firmando por allí) y Berni Wrigthson, de la que tenía los tres últimos números y no encontré nunca el primero (aunque sí lo había leido, pero prestado).

The Weird #1

Aparte de cómics, mucho merchandising, autores firmando (vimos a Mignola tras una larguísima cola) y gente disfrazada. Estuvo interesante, seguramente repetiré al año que viene.

Cara limpia

Ya tenemos el blog remodelado a la idea que tenía. Puede que algún retoque más le demos por aquí o por allá, incluyamos algún widget pero en esencia, tres columnas y diseño más minimalista y a la vez más cómodo de leer, negro sobre blanco.

Ya nos diréis que os parece el nuevo diseño si acontece. Guiño

Lavado de cara

Él/Lui: La verdad es que llevamos un tiempo sin actulizar, pero en realidad no nos hemos olvidado de ello, es que ultimamente no disponemos practicamente de tiempo para el blog, y si además le añadimos que estamos pensando en darle un lavado de cara, pues la cosa se va alargando más, pero estamos en ello... llamémoslo que estamos teniendo dificultades técnicas... permanezcan a la espera...

Muy grandes estos intertítulos de los Simpsons!!

¡Llegaron los Reyes!

Pues sí pasaron por casa y nos dejaron cositas...

Nit de Nadal - Nochebuena

ella/lei: Ja ha arribat la Nit de Nadal i, com que no hem fet cap felicitació aquest any, us posem una foto del Tió de casa meva que va estrenar carona fa un parell o tres d’anys.

Ya llegó la Nochebuena y, como no hemos hecho felicitación, cuelgo una foto del Tió de mi casa que estreno carita hace un par o tres de años. Hoy lui se estrena con un Tió de verdad!

Un buen regalo para estas Navidades: Bruno Dhampiro

Él/lui: Bruno Dhampiro es la primera novela de Rosa Gil, y no solo escribimos esta referencia porque Rosa sea amiga nuestra, sino porque a los dos nos ha encantado este libro juvenil.

La historia trata sobre un jóven huerfano (Bruno) que su vida cambia cuando una extraña pareja le adopta. Sus padres adoptivos nunca salen del hotel en el que viven y sumidos en la oscuridad. Además le dicen que en cinco días le revelarán un secreto de vital importancia, por lo que Bruno conocerá el misterioso y fascinante mundo de los vampiros.

Por eso, si teneis chavales entre 10 y 16 años a los que les guste la lectura, esta historia les fascinará, más aún si son fans de Harry Potter, para los que será sin duda un gran descubrimiento.

La máquina del tiempo

ella/lei: la máquina del tiempo existe y se llama música. Si no, ¿cómo es que escucho esta canción y me voy 20 años atrás?

Cómo me gustaban los Blow Monkeys, especialmente esta canción que suena ochetera total  (ese saxo...) y cuyo vídeo rezuma "ochentez" por todos sus poros (el tupé de Dr. Robert-el cantante-, el vestuario de las chicas....)

Dedicado a todos aquellos con los que viví varios veranos inolvidables, especialmente Mari Cruz, Matty, Carlos, Juan Carlos y Pau (que son los que más vívidamente vuelven a mi memoria) aunque no a todos les siga la pista...

(Matty espero el teu comentari)

Arrivederci Roma!

Bueno, ahora quién se cree que el post anterior era de coña...

Ah! es verdad, también compramos esto...

 

Buongiorno Roma!

Finiquitamos Japón para irnos a Roma!!!!

Buongiorno Roma!

Buongiorno Mulino Bianco!

Buongiorno Barilla!

Buongiorno Capuccino!

Buongiorno buccatini all’amatricciana!

Buongiorno spaghetti alla carbonara!

(parece que solo vamos a comer, jejeejej)

 

Finiquetemos Japón!

Pues eso! que tenemos el blog parado por culpa de contar el último día en Japón.... el último día lo dedicamos a compras varias  cuando volvimos del Ryokan. Para cenar el último día escogimos la tabernilla dedicada a los yakitori (pinchos de pollo) de la calle en donde vive mi hermano, el mismo sitio en donde cenamos el primer día, cerrando así el círculo. Un sitio regentado por unos chicos locos que  desde el primer día con solo con pasar delante del local nos saludaban efusivamente... hay que decir que conocen bastante a mi hermano y nos los presentó el primer día, y de todas maneras 2 occidentales pasando día sí y el otro también durante tres semanas da para que te conozcan...

La carta os dará una idea del local... (o no)

Para finalizar recordaros que seguimos colgando fotos en flickr, en el álbum de Japón.  Y que de tanto en tanto subiermos post de curiosidades....

Nostalgia...

"Nos habíamos encontrado por casualidad en un tren de la linea Chuo. Ella acababa de salir de casa para ir al cine, y yo me dirigía a las librerías del viejo Kanda. Ninguno de los dos había quedado con nadie. Naoko propuso que nos apeáramos del tren, y casualmente bajamos en Yotsuya."

Tokio Blues - Haruki Murakami

Qué maravilla poner imagen real a esos sitios. Buen viaje para mis padres, que se van mañana a Japón si Alitalia lo permite...

Día 18: estancia en el Ryokan

Un Ryokan es un hotel tradicional. Las habitaciones son de tatami, te pones una yukata, duermes en un futón, te bañas en un onsen y desayunas un desayuno tradicional japonés con sopa de pescado y pescado frito entre otras delicias. Es una experiencia que cualquier persona que vaya a Japón, debería probar, según nuestro parecer.

Si tenemos en cuenta que en el Ryokan hay poco que hacer, ir hacia el final del viaje es lo mejor. Nosotros llegamos, disfrutamos de las vistas, nos bañamos en el onsen, cenamos, por fin pudimos dormir más de 8 horas (confieso que yo-lei- dormí 10 horas!), desayunamos como reyes y llegamos a Tokyo al día siguiente con ganas de empezar de nuevo. La pena es que no había nada que empezar, sino el fin del viaje.... creo que estos posts del viaje los estamos alargando tanto porque no tenemos ganas de acabar... parece que escribiendo aquí y colgando fotos en flickr seguimos un poco allí... Otra confesión: estamos sufriendo el síndrome post-vacacional más largo de nuestra vida, volvimos el 29 de mayo y aún nos acompaña...

No voy a contaros nada más, solo os dejaré un montón de fotos.

Nosotros en el Ryokan

La idílica vista desde la habitación:

Los entrantes, el primero de los 8 platos de los que constaba la cena:

El sashimi:

La sopa miso y el arroz

Uno de los platos de carne

Parte del desayuno:

Hay más fotos y las teneis en flickr, la parte del Ryokan empieza con esta foto:

http://farm4.static.flickr.com/3070/2681005142_58f064fa0d.jpg?v=0

Día 17 - Nara y Fushimi Inari (fin de la semana Willy Fogg)

Y por fin llegamos al final de esta semana viajera en la que nos recorrimos unos 1000 km entre ida y vuelta, salvo el día intermendio en Kyoto.

Nara es una ciudad situada entre Kyoto y Osaka y la mejor forma de llegar es en Shinkansen (tren bala) a una de estas dos ciudades y a continuación coger un tren JR. Desde Kyoto eran unos 50 minutos, además de las tres horas en el Shinkansen.

Nara es famosa por tener un gran número de templos distribuidos por un parque nacional que fue declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco hace algunos años. En ese parque, campan a sus anchas varios cientos de ciervos que están tan acostumbrados a las personas que hasta se les puede dar de comer unas galletas que venden en puestecillos allí mismo. Y es que para los sintoistas, los ciervos están considerados como los mensajeros celestiales.

El día se presentó lluvioso a intervalos, de hecho nada más llegar tuvimos que comprar unos paraguas dado que jarreaba agua que daba gusto, aunque poco después paró y se fue despejando el cielo y llegando incluso a hacer bastante calor. Después de atravesar la calle principal llena de tiendas y restaurantes, llegamos al parque y nos encontramos con los primeros "mensajeros" a los que dimos de comer (con un pequeño conato de ataque)...

Luego nos dirigimos al templo más famoso de Nara, el templo Tōdai-ji en el que se encuentra el Gran Buda, que es la figura más grande de Buda sentado de todo Japón (no confundir con el de Kamakura del que ya hablamos que es el más grande al aire libre). Este templo, situado al este de la ciudad además contiene el edificio de madera más grande del mundo, el Daibutsuden, que es el edificio que protege al Buda. Dentro hay además otras figuras gigantescas que flanquean la imagen principal. Allí uno de las pilares tiene un agujero por dentro que dicen que son del mismo tamaño que las fosas nasales del Gran Buda y si eres capaz de pasar por ellas se supone que eres bendecido con el don de la iluminación. Vimos muchos niños había pasando pero no nos atrevimos a hacerlo. Luego estuvimos viendo, en un puestecillo dentro del edificio en el que vendían amuletos, un ejemplo de caligrafía sobre una especie de libro de viajes que llevaba un hombre y fue realmente espectacular. No sabemos lo que pondría o lo que significaría pero era impresionante la dedicación y pericia con la que el monje la hizo.

Después fuimos al Santuario Kasuga, un edificio en el que 1800 lámparas de piedra flanquean su camino y los pasillos del interior. Las hileras de farolillos son encendidos todos dos veces al año durante el matsuri Mantoro (en febrero y agosto). Debe de ser espectacular.

También vimos allí en directo como un monje rastrillaba un jardín de piedras.

De nuevo tomamos un sendero ascendente que daba a parar a otra pequeña calle con puestos y tiendas de souvenirs, dónde entre los ávidos compradores, estaban como si también estuvieran interesados en las compras los cérvidos. Pasamos cerca de una casa de té y nos perdimos por la zona boscosa asomándonos a alguno de los templos menores. Luego decidimos volver para ver Kōfuku-ji, un templo situado en la entrada del parque, con una pagoda de cinco pisos, y que esconde una curiosa historia y es que el templo fue trasladado en dos ocasiones en un periodo de cuarenta años.

Cansados del día y molestos con la humedad y el calor que hacían, fuimos a comer un buen katsu-don y abandonamos Nara para dirigirnos hacia el santuario Fushimi Inari, perteneciente a Kyoto pero a las afueras, situado a medio camino entre Nara y Kyoto. Este santuario es famos por los miles de toriis rojos que cubren los senderos que hay por la colina. Son unos 4 km. y la separación entre toriis es de apenas unos centímetros.

Está dedicado al dios Inari, protector de las cosechas, por ellos, los terratenientes en su época dedicaban un tori a que su cosecha fuera bien. Actualmente hay muchos empresarios de Kyoto que pagan la construcción de uno nuevo para que sus negocios prosperen. Lo cierto es que impresiona, lástima que llegamos cuando iba quedando poca luz pues el paraje es para recorrerse los senderos de cabo a rabo. A los pies de la colina está el santuario Go Honden y la puerta Sakuramon, donde nos encontramos a un tipo bastante mayor y bastante ebrio zigzaguear en dirección al santuario... y solo eran las 18:30 de la tarde...

Y así, casi noche cerrada, volvimos a Kyoto a coger el tren bala de vuelta a casa donde por fin, a la mañana siguiente no teniamos un plan definido, por lo que podríamos dormir, descansar un poco más e intentar reservar una noche en un Ryokan.

Día 16: Kyoto (y 2)

Segundo día en Kyoto. Llueve. Nos levantamos prontito y nos vamos hacia el pabellón de plata (Kinkaku). Nos habían dicho que lo bonito eran los jardines. Menos mal, porque el pabellón de plata está en obras y solo se ve la estructura debajo de los andamios. Lo mejor, el Fuji hecho de arena rastrillada.

Luego rehicimos parte del camino del filósofo y visitamos un acueducto que aún está en funcionamiento y otro templo cercano. esta vez si encontramos el tori gigante, nada, unos 24 metros de altura...

De ahí nos cogimos un bus y hacia Gion el barrio de las geishas a visitar el templo de Kiyomizu. Impresionante aún bajo la lluvia. Es en el templo Kiyomizu donde tuvimos el primer "ataque" por parte de unos escolares. Vimos unos niños de unos 10-12 años dándose codazos, mirándonos y hablándose entre ellos y nos extrañó, luego oímos un tímido "Do you speak English?". Contestamos que un poquito y se presentaron y nos explicaron que estaban haciendo unos deberes de inglés. Nos contaron que su ciudad Gifu se encuentra en el centro de Japón, que su mascota es un cormorán y nos dieron un folleto turístico de su ciudad. La verdad es que eran monísimos.

Después seguimos visitando el templo desde el cual hay unas vistas muy bonitas de Kyoto. Lástima de lluvia.

Luego nos dirigimos hacia el castillo de Nijo. El castillo de Nijo está situado en una gran explanada con jardines. La visita del castillo se hace siguiendo un recorrido previamente marcado. No está mal, pero es una sucesión de salas y salas prácticamente vacías, debes imaginarte cómo era la vida del Shogún con unas pocas salas que mediante maniquíes mostraban reuniones del shogún con los señores feudales.

Allí fuimos atacados por otro grupo de escolares, esta vez adolescentes. Aquí ya no nos contaron ellos cosas sino que nos preguntaron. Lo mejor vino cuando nos preguntaron qué tipo de música nos gustaba. Dani dijo "Rock music" a lo que las niñas (que eran las que verdaderamente estaban haciendo el trabajo) pusieron cara de no entender nada. Dani aclaró "rock’n’roll", esta vez a las niñas se les iluminó la cara dando a entender que habían captado la idea y una de ellas haciendo como que tocaba una guitarra dijo "aaaah, LOCK music", fue divertidísimo. Y a juzgar por la foto estaban más que encantadas de hablar con Dani...

Después nos dedicamos a callejear pese a la lluvia. Estuvimos bastante rato por Gion el barrio de las geishas, y de hecho las vimos moverse por el barrio, aunque a las que reconoces de verdad es a las maiko, las aprendizas, ya que las geishas, o geikos como les gusta llamarlas en Kyoto no llevan el maquillaje de las aprendizas y por tanto son mucho más discretas.

La pena es no haberse podido quedar una noche más en Kyoto ya que el callejón Pontocho era un sitio más que apetecible para cenar. Otra vez será. Qué ganas de volver...

Día 15: Kyoto (1)

Reprendemos la crónica del viaje que queda poquito ya que contar, (estad atentos que ahora ya hay fotos en los posts!).

El viernes y sábado nos fuimos a Kyoto, volvimos a coger el shinkansen por la mañana y llegamos a Kyoto hacia mediodía. Teníamos una habitación reservada en una guest house. Hubiéramos querido dormir dos noches en Kyoto pero para la noche del sábado no encontramos nada. Llevábamos las indicaciones al hotel en japonés sin traducir ya que mi hermano no lo entendía todo. De todas maneras ya sabíamos dónde estaba la oficina de turismo y sabíamos que nos indicarían bien. La verdad es que mal no nos indicaron pero una vez en la zona no había manera de encontrar el sitio. Preguntamos a unas cuantas personas y nos iban dirigiendo hacia allí, pero no acabábamos de encontrar el sitio hasta que una chica majísima se ofreció a acompañarnos hasta la puerta.

La guest house se llama Hannari, y es una casita monísima con unas habitaciones pequeñas pero nuevas en el piso de arriba y en el piso de abajo una zona común con derecho al uso de la cocina, una ducha, un baño y zonas de aseo, lavadora, etc... todo muy limpio y un chico simpatiquísimo que lo regenta. Por la noche nos contó que no suelen ir extranjeros ya que su web solo está en japonés. Al día siguiente cuando nos fuimos nos hizo una foto...

Aqui nos veis en su web.

Kyoto es una ciudad de tamaño más o menos como Barcelona en la que te puedes mover muy bien con autobús y de manera muy económica, por unos 3 euros hay un pase que te permite coger todas las veces que quieras el autobús, con 3 viajes ya sale a cuenta. Pero... hay que tener en cuenta dos cosas: que las distancias entre lo que hay que ver en Kyoto son grandes, y que los desplazamientos en autobús son mucho más lentos que en metro.

Con la semi pérdida buscando el hotel llegábamos al primer templo, el famosísimo Pabellón de Oro (Kinkaku) hacia las 2 de la tarde. Nos lo quisimos tomar con calma, ya veíamos que solo íbamos a poder visitar este pabellón y otros dos templos que están al lado: el templo Ryoan y el Ninna. Ni pensar de llegar antes de las cuatro y media de la tarde (hora de la última admisión) al pabellón de plata al otro lado de la ciudad.

Pabellón de oro (Kinkaku)

Jardín zen (templo Ryoan)

Pagoda (templo Ninna)

Así que nos lo tomamos con calma, visitamos los tres templos que están relativamente cerca y luego nos cogimos el autobús y nos fuimos a la zona donde está el pabellón de plata para localizarlo. Una vez allí, como el famoso paseo del filósofo empieza allí mismo, nos dispusimos a pasear por el kilómetro y pico. Es una paseo maravilloso que discurre en un entorno bellísimo y como ya no había templos cerca abiertos a esa hora no había un solo turista, bueno, sí, nosotros.

Después buscamos un tori gigante que nos pillaba de camino hacia el callejón Pontocho pero ya se nos hizo de noche (las 7 de la tarde) y la distancia que en el mapa era asequible en realidad era una hora y media larga andando, así que nos dipusimos a volver al hotel, a cenar y a dormir que el día siguiente queríamos levantarnos pronto y visitar todo lo que pudiéramos.

AVISO

Hasta ayer estábamos sin ordenador en nuestra nueva casa, así pues empezaremos de nuevo con los artículos pronto, nos queda aún una semana por contar: Kyoto, Nara, Fushimi Inari, la estancia maravillosa en el Ryokan y los últimos paseos y compras por Tokyo! estad atentos a este canal....

Recordad que podeis ver las fotos aquí.

Día 14 - Hakone

Al día siguiente de Nikko, visto que haría también buen tiempo, nos fuimos a Hakone con el claro objetivo de poder ver cara a cara el Monte Fuji.
Esta excursión es un carrusel de cambios de medio de transporte. Por etapas la cosa quedó así:

- Shinkansen de Tokyo a Odawara
Llegando a Odawara avistamos por primera vez el Fuji, la cosa prometía. El Fuji es una mole de 4000 metros que lo bueno es que no está dentro de ninguna cadena montañosa, por lo que destaca muchísimo más, además que el cono está casi perennemente nevado y su forma es la de un trapecio casi perfecto.
- JR de Odawara a Hakone-Yumoto
Viajecillo de apenas 15 minutos
- Tozan Train de Hakone Yomoto a Gora
Este tren tiene la particularidad de que sube en zig zag por la montaña. Impresionantes las vistas y en algunos momentos la vía discurre sobre los árboles de la zona. El tren va llegando a determinados puntos en los que para, hay un cambio de agujas en las vías y arranca en dirección contraria por la que ha venido pero cambiando a una vía que sigue ascendiendo la montaña
- Funicular desde Gora a Sounzan
En Souzan lo único que hay es el teleférico donde empieza lo bueno.
- Teleférico de Sounzan a Togendai
Aqui llega la parte más impresionante, el paisaje muy bonito, durante la subida llega a un punto en el que la altura al suelo pasa a ser mucha (da un poco de vértigo) y lo que hay abajo son minas de azufre, dado que es zona volcánica y el olor es bastante malo y aconsejan no quedarse mucho tiempo cerca de la zona donde salen vapores del subsuelo.
Allí se hace una parada intemedia en Owakudani, donde se puede subir a una zona de fumarolas y donde en las aguas hirvientes se cuecen huevos que quedan completamente negros, pero están ricos. Dicen que por cada uno que te comes tienes 7 años más de vida. Nos comimos 3 entre los dos, así que tenemos 10 años y medio más de vida cada uno que antes de irnos. :-P
En Owakudani también está el primero de los miradores en los que se puede ver el Fuji, pero la niebla había hecho presa del monte y no se veía nada allá donde debía estar, hasta que después de comer, "lei" vio entre la niebla que se disipaba el cono del volcán y corriendo salimos a disparar fotos, y en alguna de ellas conseguimos cazar la imagen. Conseguimos verlo.
Despúes volvimos a coger el teleférico para llegar al lago Ashi.
- Barco que cruza el lago Ashi dedesde Togedai hasta Hakone Machi
Es un barco tipo velero del siglo XVII en el que se cruza a lo largo el lago, pero el día se iba poniendo feo y empezaba a hacer viento y frío, aunque el viajecillo es bastante chulo.
- Autobus de Hakone Machi a Hakone-Yumoto
Llegados al otro extremos del lago no quedaba mucho por hacer porque definitivamente el Fuji no se iba a poder volver a ver, así que nos pillamos el bus tras darnos un paseo por el pueblecillo.
Y ya desde aquí, vuelta a casa. Cogimos el JR hasta Odawara y después el Shinkansen a Tokyo.

Como anécdota podemos decir que por primera vez en el viaje un japonés que nos asaltó preguntándonos si nos ayudaba, nos ayudó de verdad, ya que cuando llegamos a Odawara debíamos comprar un pase que nos daba acceso ilimitado al tren, al Tozan Train, al funicular, al teleférico, al barco y al bus de vuelta.

Día 13 - Nikko

Notareis a partir de ahora que ya ponemos acentos y ñ, pero la conexión desde Japón al blog no funcionaba muchas veces, así que ya estamos de vuelta pero seguiremos contando detalladamente el día a día.

El decimotercer día, dada la promesa del pronóstico del tiempo de sol, fuimos a Nikko, al norte de Tokyo, y de hecho la única excursión hacia el norte de Honshu que hemos hecho. Nikko es una pequeña ciudad en la región de Kantō, ubicada en las montañas. El conjunto histórico de templos y santuarios de Nikko fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y se dice que Japón es Nikko, por lo que si se quiere conocer el Japón tradicional, hay que ir a Nikko.

Después de coger el Shinkansen, hicimos cambio a Utsanomiya a una linea JR para llegar a la estación de Nikko, la más antigua de todo Japón y diseñada por Frank Lloyd Wright (entre otros diseñó el Guggenheim de Nueva York). Allí, pensando que al ser localidad turística la cosa sería sencilla para moverse a la zona donde están todos los templos, pero fue que no.
Buscando entre los postes cercanos de paradas de bus que había en la estación, no nos aclarábamos de qué bus debíamos coger. Llegó uno y no nos atrevimos a subir, y volviendo a revisar planitos, las dos guías que llevábamos etc. Al final llegó otro bus que marcaba en occidental Futurasan, el nombre de uno de los santuarios, asi que nos armamos de valor y "p’arriba".
Una vez llegamos al destino final, comenzamos las visitas empezando por el santuario Taiyuin-byo, formado por varias puertas que ascienden por el bosque de cedros que lo rodea y nos pareció impresionante; además es un santuario poco visitado por lo que pudimos comprobar porque muy poca gente estaba por allí y encontramos mayor aglomeración en el de Tosho-gu, también impresionante con la puerta Yomeimon presidiéndolo, pero la cantidad de gente agobiaba un poco. En este templo hay tres atracciones que por lo visto atraen más a los turistas y son:

- el establo sagrado con el relieve de los tres monos de la sabiduría (uno se tapa los oidos, otro los ojos y otro la boca).

- el gato durmiente, que custodia el pasadizo de escaleras que lleva a la tumba de Ieyasu (el precursor del florecimiento de Edo - antiguo nombre de Tokyo)

- el Dragón llorador, pintado en el techo del Honji-do, y que ruge (en realidad resuena la habitación) si se da una palmada debajo de él exactamente.


También vimos el santuario de Futurasan, más pequeño, pero que es el único en todo Japón en el que una de las Tori (puertas sintoistas de zona sagrada) es de bronce macizo.
Después fuimos a comer a un pequeño restaurante que había por la zona con la presión de que a las 5 de la tarde no había más autobuses que bajasen a la estación de JR, así que lamentablemente tuvimos que dejar de ver el templo Rinno-ji y optamos por ver el puente sagrado Shinkyo, espectacular de color rojo sobre el río Daiya, pero que lo desluce que la carretera pasa justo al lado, pero las fotos que no sale la carretera son impresionantes, aunque nos costó encontrarlo, porque los mapas de la zona están hechos un poco a mano alzada, la verdad...
Y de vuelta a Tokyo y despues de cenar nos pasamos por La Tapería para ver la actuación de uno de los colegas de Amadeu que ofrece el restaurante a la clientela, y realmente fue impagable ver japoneses superentregados cantando la canción aquella de "con el pin, pi, rin, pin, con el pan, pa, ran, pan, al que no le guste el vino, es un animal o no tiene un real".

Dias 11 y 12 - Yokohama y Osaka

Bueno, pues como el blog esta que ahora no funciona y ahora tampoco, pues no se cuando estara esto publicado, pero de momento queda redactado.

Ante la inminente llegada de otro tifon por el sur de la isla de Honshu, nos armamos de valor y decidimos poner al mal tiempo buena cara e irnos a Yokohama. Yokohama es la segunda ciudad con mayor densidad de poblacion y esta a unos escasos 50 km de la capital. Por lo que se puede llegar perfectamente con los trenes JR (cercanias) en unos 45 minutos. Lo que mas queriamos ver era el barrio chino, que dicen que es el segundo mas importante del mundo y la verdad es que colmo nuestras espectativas. Muchas tiendas, mucho colorido, muchos puestecitos de comida con infinidad de cosas distintas, asi que decidimos que comeriamos picoteando alli y alla, pero como era muy pronto nos fuimos a ver el puerto, famoso por salir en muchas series de dibujos animados de nuestra infancia. Ademas del puerto pudimos observar el skyline de la bahia de Yokohoma, con cantidad de edificios modernos y al otro lado el puente colgante (segun las guias) mas grande sujetado por cables del mundo. A pesar de lo nublado que estaba la vista, las fotos se vieron chulas.
Luego dimos con el museo de munyecas japones, que a Cris le apetecia ver, pero era lunes y estaba cerrado asi que decidimos bordear el puerto para buscar un mejor angulo de vision del puerto cuando nos sorprendio una intensa lluvia y nosotros sin paraguas (cuando sabiamos lo que vendria). Pasados diez minutos, la intensidad de la lluvia aflojo y decidimos seguir hasta una espcie de jardin que se veia en terreno ganado al mar, cuando para nuestra sorpresa vemos que era un edificio; se trataba de la terminal Internacional de pasajeros de Yokohama (construida por el arquitecto espanyol Alejandro Zaera-Polo). Asemejaba un barco y toda la estructura por la que se caminaba y por dentro estaba hecha con listones de madera ondulados y arriba del todo, en la supuesta cubierta, todo ajardinado. Nos gusto mucho la sorpresa que nos deparo nuestra osadez de combatir la lluvia.
Habia llegado entonces la hora de comer y volvimos al barrio chino, donde probamos varias cositas, todas muy ricas en concreto una hecha de pasta de arroz y rellena de un guiso de carne de ternera. No recordamos el nombre.
Seguimos dando vueltas y decidimos volver a Tokyo e ir a Akihabara (el distrito de la tiendas de electronica) donde nos liamos a comprar recuerdos y yo en particular una figura de Mazinger Z metalica con mogollon de accesorios. Una chulada.
Y despues nos volvimos a casita para recuperar fuerzas para el dia siguiente, al que fuimos a Osaka y ha sido sin duda el dia mas bizarro de toda nuestra estancia hasta ahora en Japon.

Nos despertamos esa manyana con mucho suenyo y sin tiempo para desayunar nos fuimos a coger el Shinkansen (tren bala) y llegamos en 3h15m. Fuimos directos a ver el castillo de Osaka, su mayor (y unica diriamos) atraccion. Solo queda la torre principal, puesto que durante una guerra en el siglo XVI entre familias japonesas lo destruyeron por completo. Unos 50 anyos despuies lo reconstruyeron pero al poco tiempo un rayo cayo sobre la torre y ardio toda la fortaleza. La reconstruccion que hay ahora es de 1923 y el interior es moderno, por lo que no te puedes hacer una idea como vivian por dentro. El interior funciona mas como museo de las familias que gobernaron Osaka, pero el exterior de la torre merece la pena verlo (aunque si puedes es mejor ir a ver Meiji segun nos han dicho). Despues de la visita era casi la hora de comer y decidimos ir a un barrio a comer que aconsejaba una guia, pero no explicaba como ir, y la otra guia que tenemos tampoco, asi que nos fuimos a la aventura y al llegar a la estacion central de Osaka, con todo en obras por alli (parecia que Gallardon estaba por alli) no habia forma de orientarnos y poquisima informacion en ingles. Al final dimos con una calle en la que habia varios restaurantes y nos metimos en uno y comimos bastante bien, un Ramen muy bueno y mucha cantidad mas unas Gyoza (parecido a las empanadillas pero cocido y no frito) y unas bolas de pollo rebozado.
Luego queriamos ir a ver un edificio por alli cerca nuevo que tiene un jardin colgante, pero en la guia no explicaba como ir. Lo veiamos desde la estacion pero no encontramos la forma de llegar. Tras dos vueltas a la estacion decidimos mandar a la mierda al edificio, maldecir las guias (realmente parece que la informacion de Osaka estuviera puesta a desgana y por rellenar).
Luego en el tren bala, para rematar la faena, empezamos a oir unos golpes y estaba un tipo al final del vagon pegando otro, agarrandolo por la pechera y dandole contra la ventanilla. Lo que mas nos sorprendio es que la gente no hacia nada, se giraba para mirar pero no se metian (los golpes eran relamente escalofriantes). Al poco un chico se levanto y parecio que fue a avisar a un revisor, el cual llego, intercambio unas palabras con agresor y agredido yse acabo la cosa. Al llegar a Sinagawa, nos bajamos y pasamos por delante de estos tipos y tenian en la ventanilla cuatro latas de cerveza y el agredido tenia una cara de borrachin que no podia con ella.

Menos mal que la cosa se arreglo cuando fuimos a cenar a La Taperia, el restaurante de una amigo de Amadeu en le que cenamos de maravilla y pensando en que habia sido el dia mas raro de nuestra estancia hasta ahora en Japon.